Después de años de esfuerzos, los relatores de la ONU sobre derechos humanos desistieron ayer de visitar la cárcel establecida por EEUU en su base de Guantánamo (Cuba) en el 2002, ante la negativa de Washington de permitirles hablar en privado con los presos, para determinar si son ciertas las denuncias de que algunos de ellos han sido torturados, según anunciaron los propios relatores.

"Sentimos profundamente que el Gobierno de EEUU no acepte los términos normales de referencia para la evaluación objetiva, justa y creíble de la situación de los detenidos en Guantánamo", dijeron en una declaración hecha pública en Ginebra (Suiza), sede de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. "Esos términos incluyen la capacidad de entrevistar en privado a los detenidos", subrayaron, por lo que "en estas circunstancias, no viajaremos a Guantánamo".

MEDIO MILLAR DE PRESOS La Administración de George Bush retiene en esa cárcel a medio millar de presuntos miembros de la organización terrorista Al Qaeda, que clasifica como "combatientes enemigos" para privarlos de los derechos que tendrían bajo las Convenciones de Ginebra. Los relatores de la ONU comenzaron ya en el 2002 a solicitar acceso a los detenidos, cuyas denuncias de torturas se conocieron al hacerse públicos documentos secretos de EEUU que las mencionaban. Washington siguió firme en negar a la ONU el acceso privado a los presos, tal vez para evitar que se repita el caso de la Cruz Roja.

El Pentágono permitió a la organización internacional visitar la base de Guantánamo y, aunque la Cruz Roja mantiene en secreto sus conclusiones y tan sólo las comunica a quienes regentan el centro de detención, en este caso algunos de sus informes fueron pasados a manos de terceras partes, que a su vez los hicieron públicos.