Para las Naciones Unidas, el terremoto de Haití se ha convertido en la mayor tragedia de la historia de la organización. Sus responsables confirmaron ayer la muerte de al menos 36 empleados, entre personal civil (13), policías (4) y cascos azules (19), y más de 150 desaparecidos. "Desgraciadamente, debemos esperar que encontraremos más cadáveres", afirmó ayer David Wimhurst, un alto funcionario de la ONU.

El edificio que albergaba la Misión de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) se derrumbó. Entre los desaparecidos está el jefe de la misión, el tunecino Hedi Annabi, que se encontraba en la sede cuando la tierra comenzó a temblar. La ONU no le ha dado aún por muerto, pero lo más probable es que esté sepultado entre los escombros. En Puerto Príncipe se espera la llegada de un nuevo responsable, Edmond Mullet, que en el pasado fue representante en Haití del secretario general de la ONU y que asumirá la dirección de la misión provisionalmente.

Además de la Minustah, para la que trabajaban unas 11.000 personas --unos 9.000 militares y policías, pero también 490 funcionarios civiles internacionales, además del personal local--, varias agencias humanitarias de la ONU, como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), la Unicef o el Programa Mundial de Alimentos, están también presentes en Haití. Sus sedes quedaron también dañadas o destruidas, pero no se atreven todavía a hacer un balance de víctimas.

EMERGENCIA CONSULAR Numerosos países cuentan con ciudadanos entre los fallecidos, heridos o desaparecidos. El Gobierno español tenía anoche localizados a 75 de los 111 españoles que viven en Haití, "algunos de los cuales están siendo rescatados", según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores. El servicio de emergencia consular está volcado en localizar al resto de la colonia española, compuesta principalmente por funcionarios, guardias civiles, policías, cooperantes y religiosas.

En la localidad gerundense de Olot, la falta de noticias sobre un vecino que viajó a Haití ha creado alarma. El ayuntamiento de la localidad informó ayer de que Miquel Rabat, de 40 años y sin familia, no ha dado señales de vida desde que se produjo el terremoto. Rabat gestionó el viaje al país caribeño a través de la empresa en la que trabaja, y sus compañeros del trabajo han perdido el contacto con él.

El embajador de España en Puerto Príncipe, Juan Fernández Trigo, que resultó herido en un brazo, fue trasladado ayer a un hospital de la base de Guantánamo (Cuba) en un helicóptero de EEUU. Fuentes de Exteriores explicaron que se teme que las heridas se agraven. El embajador en la República Dominicana, Diego Bermejo, le sustituirá hasta que se recupere.

LOS NIÑOS El terremoto ha afectado a, al menos, dos millones de niños y adolescentes en Puerto Príncipe, según aseguró ayer la oenegé británica Save the Children. Muchos están heridos y se han quedado huérfanos. "El trauma que sufren les puede marcar para el resto de su vida", afirmó Gareth Owen, responsable de la gestión de emergencias de esta organización.

Miles de los haitianos heridos en el terremoto están siendo atendidos en hospitales en la República Dominicana, que han hecho preparativos para asistir a más víctimas, según informó una fuente oficial en la capital del país, Santo Domingo.

El miércoles, alrededor de 2.000 heridos fueron atendidos en dos hospitales de Jimaní y Barahora, poblaciones fronterizas con Haití, y 200 de ellos fueron intervenidos quirúrgicamente. Los que presentan traumatismos más graves han sido trasladados a Santo Domingo. Varios parlamentarios haitianos y miembros de la ONU heridos están también hospitalizados en centros de la República Dominicana.

La frontera es un ir y venir de vehículos, pero se encuentra en relativa calma.