En medio de desconfianzas mutuas y la presión internacional, el Gobierno y la oposición de Venezuela han empezado a buscar una salida política a la crisis que aleje el temido fantasma de la confrontación. “Si habrá o no resultado, lo sabremos en las próximas horas. Como demócratas agotaremos hasta el último recurso”, ha dicho uno de los principales dirigentes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Henrique Capriles, quien ha vuelto a insistir en que el referéndum revocatorio de Nicolás Maduro y la “expresión es la urnas” es la mejor manera de resolver los problemas.

Maduro ha calificado de “positiva” la primera aproximación entre el chavismo y la oposición. “Para construir el futuro de Venezuela necesitamos paz, diálogo y coexistencia. Ni la prepotencia ni la soberbia caben aquí”, ha dicho. Según el presidente, el encuentro con los opositores “fue respetuoso, de altura y franco”. Ha asegurado que hasta “le cayó bien” el portavoz de la coalición, Jesú Chuo Torrealba. “La santa inquisición de Miami le ha caído encima a los que dialogan. Ojalá no se dejen presionar”, ha señalado sobre las reacciones en La Florida del exilio venezolano. Maduro ha reconocido, sin embargo, que “no será fácil que esto avance”. Elpresidente le ha pedido a la Asamblea Nacional (AN), donde la oposición es mayoritaria, a que “reflexione” sobre su decisión de promoverle un juicio político. El Congreso citó para este martes al mandatario para que se defienda de su supuesta responsabilidad en las “violaciones a la Constitución Nacional, los Derechos Humanos y la Democracia”.

El presidente se ha reunido con el prelado italiano Claudio María Celli, que representa al pontífice en esta mesa de conversaciones. También se ha encontrado con el subsecretario de Estado de EEUU para Asuntos Políticos, Thomas Shannon, lo que fue visto como un aval de Washington al diálogo. Venezuela -ha dicho- está haciendo “un gran esfuerzo” para que las relaciones con la Casa Blanca sean de “respeto y diálogo permanente”. Luego recibió al expresidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, en su condición de mediador. Venezuela -ha añadido-, necesita “un consenso esencial” y ha abogado por “refundar la convivencia, la concordia, la coexistencia política básica y los acuerdos para la funcionalidad política”.

LAS CONDICIONES DE LA OPOSICIÓN

Durante el debate que empezó el domingo se consideró atender cuestiones como “el compromiso conjunto para el mantenimiento de la paz”, revisar “la situación de personas privadas de libertad”, el “respeto a los procesos electorales previstos en la Constitución”, el “funcionamiento y autonomía de los poderes públicos y respeto de sus respectivas competencias constitucionales” y la necesidad de “mejorar las condiciones de abastecimiento de alimentos y medicinas”. Como parte de este frágil consenso inicial, las partes se comprometieron a “mantener y preservar un ambiente de paz y concordia” y “disminuir el tono de agresividad”.

Elias Jaua, uno de los referentes del chavismo, pidió a la MUD que desista de su marcha del miércoles hasta el Palacio de Miraflores para exigir el referéndum revocatorio. Esa manifestación, dijo, constituye “un peligro para el país”. Jaua aseguró que el Estado “no puede permitir que otra fuerza opositora choque con las fuerzas sociales”. El diputado, quien participó de la reunión con la oposición, dijo que la actitud del Gobierno es “debatir todo y buscar alternativas que nos hagan avanzar como país”. La cuestión electoral, dijo, será tratada con la MUD, lo que se entendió como la posibilidad de que el Gobierno restituya el camino de la consulta en 2017.

EVITAR EL CHOQUE DE TRENES

Capriles reconoció que el diálogo con el chavismo provocó encontronazos en la coalición. Pero alertó de que si hay una fractura de la MUD “tendremos Gobierno por muchos años más”. El gobernador del estado Miranda expresó su apoyo al camino tomado. Pero subrayó que “si no hay resultados tangibles, esto no va para ningún lado”. Sobre el rol del papa Francisco en apoyo las negociaciones, Capriles se preguntó: “¿ustedes creen que es ingenuo y no sabe dónde está?”. Capriles, uno de los dirigentes más vehementes de la MUD, dijo estar dispuesto a “bajar el tono”, pero “el primero que tiene que dar el paso es el Gobierno y sus voceros”. A su criterio, un sector del Gobierno “juega al caos” y no quiere “que el cambio sea pacífico y electoral”. El gobernador concluyó: “nadie quiere que la solución sea a plomo. No acompaño esa solución. No queremos un choque de trenes”.