No les va a ser fácil a los generales birmanos lograr su objetivo de legitimar el régimen en las urnas. La única formación de la oposición, la Liga Nacional por la Democracia (LND), de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, puso ayer sobre la mesa sus exigencias para participar en las elecciones previstas para el año que viene.

La primera condición es la puesta en libertad de la líder opositora --bajo arresto domiciliario desde el 2003--, así como la excarcelación incondicional de todos los presos políticos, cuya cifra se estima que asciende al menos a 2.200. En una declaración leída por un portavoz de la LND en Rangún tras la celebración del congreso de la formación, los opositores reclaman que se enmienden las cláusulas de la nueva Constitución "no conformes con los principios democráticos", así como garantías de que los comicios serán "libres y honrados" y se celebrarán bajo supervisión internacional.

MAQUILLAJE FRUSTRADO Nada indica que el hermético régimen, encabezado por el general Than Shwe, tenga intención de impulsar una apertura de este calibre. La postura de la oposición es un maquillaje democrático de la Junta Militar, iniciado ya con la aprobación en referendo de la nueva Constitución apenas una semana después del paso del ciclón Nargis .