De momento, la oposición zimbabuense se ha impuesto en el Parlamento y mantiene los ojos puestos en la presidencia del país africano, monopolizada desde 1980 por el controvertido Robert Mugabe. Pero en Zimbabue, que fue el sábado pasado a las urnas, el recuento de votos es lento, dificultoso y no exento de posibilidades de fraude. Los datos de las elecciones parlamentarias ya son oficiales, aunque todavía parciales. Sobre las presidenciales no hay todavía ningún resultado oficial, a pesar de que el principal partido de la oposición ya se arroga también la victoria.

La comisión electoral informó ayer de que, a falta de la adjudicación de seis de los 207 escaños del Parlamento, los grupos de la oposición aglutinan la mayoría (106), derrotando al partido Zanu- PF del todavía presidente Mugabe (94 escaños). Así, el principal partido de la oposición, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) ha obtenido 96 escaños; una de las facciones escindidas de este último, nueve, y un independiente ha logrado un escaño.

El portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe, instó al Gobierno de Zimbabue a respetar la opción elegida por sus ciudadanos y destacó que Washington continúa "vigilando la situación".