La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) anunció hoy que desplegará una fuerza policial en el sur de Kirguizistán, escenario el mes pasado de violentos choques étnicos entre kirguises y la minoría uzbeka. "Acabo de celebrar negociaciones con las autoridades kirguises. Estamos de acuerdo en que hay que desplegar cuanto antes en el sur del país un grupo policial de la OSCE", informó Hebert Salber, el director del centro de prevención de conflictos de este organismo.

En una primera etapa, la OSCE enviará al sur kirguís a un grupo de 52 agentes, que en caso de necesidad podría ser ampliado a 102, dijo Salber en rueda de prensa en Alma Atá, antigua capital de Kazajistán, país de Asia Central vecino de Kirguizistán y que ostenta este año la presidencia de la OSCE. Explicó que los integrantes de la fuerza policial de la OSCE serán enviados a Kirguizistán sin armas por un plazo prorrogable de cuatro meses y trabajarán conjuntamente con la policía y unidades del Interior kirguís, según la agencia rusa RIA-Nóvosti.

La decisión anunciada por Salber se debatirá durante la reunión informal de los ministros de Exteriores de la OSCE que se celebrará hoy y mañana en Alma-Atá y deberá ser aprobada definitivamente por el Consejo permanente de la organización el próximo día 22 en Viena. Mientras, la presidenta kirguís, Rosa Otunbáyeva, confirmó hoy su disposición a aceptar que la OSCE, la ONU y la Unión Europea lleven a cabo una investigación internacional de la violencia del mes pasado paralelamente a la que llevan a cabo las autoridades de Kirguizistán.

"Nuestra investigación nacional ha de ser absolutamente objetiva. Haremos todo lo que de nosotros depende para que esta investigación conduzca a la reconciliación de ambos pueblos", dijo Otunbáyeva en rueda de prensa en Biskek, según la agencia rusa Interfax. Agregó que esta investigación, a cargo de fiscales, oficiales de seguridad, políticos, expertos y representantes de las comunidades kirguís y uzbeka, "debe dar una valoración política al conflicto y hacer conclusiones contundentes para que ambas partes extraigan sus lecciones".

La comisión kirguís debe anunciar los resultados de su investigación para el próximo 10 de septiembre, un mes antes de las elecciones parlamentarias convocadas en ese país de Asia Central para el 10 de octubre. Hoy mismo, los titulares de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, y francés, Bernard Kouchner, prometieron a Otunbáyeva que sus países cooperarán en la reconstrucción del sur de Kirguizistán tras la violencia interétnica.

Ambos ministros abogaron por una investigación internacional de los trágicos acontecimientos registrados entre los días 10 y 14 de junio en las regiones de Osh y Jalal-Abad, que se cobraron centenares de vidas, provocaron la huida de decenas de miles de refugiados y afectaron a cerca de 400.000 personas. Kouchner no descartó que grupos islamistas internacionales estén implicados en la violencia interétnica en Kirguizistán, de la que el Gobierno kirguís responsabiliza al entorno del depuesto presidente Kurmanbek Bakíev, refugiado en Bielorrusia, y a los clanes mafiosos del sur del país.