La colocación de inhibidores de frecuencia en los blindados de las fuerzas internacionales destacadas en zonas de riesgo "no va a solucionar el problema" de sufrir un atentado como el que mató a seis paracaidistas españoles en el Líbano, dijo hoy en Santander un alto jefe militar de la OTAN.

"El asunto tiene poco o mal arreglo. Los inhibidores no van a solucionar el problema. El asunto del Líbano hubiera pasado con inhibidores, probablemente", dijo el contraalmirante español Salvador Moreno Susanna, segundo jefe de la División de Operaciones del Estado Mayor Internacional de la OTAN en Bruselas.

Moreno Susanna, que pronunció hoy una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) sobre las misiones en las que participa en la actualidad la Alianza Atlántica, hizo ese comentario al describir los riesgos a los que están expuestas la tropas internacionales en Afganistán, sobre todo en el sur del país.

En Afganistán, dijo, "los talibanes no se enfrentan con las fuerzas occidentales en términos puramente militares", sino que "su única forma de atacar es a través de coches bomba, de ataques suicidas, de minas en la carretera". "No hay más que esperar a que pase un convoy y detonar una bomba. El asunto tiene poco o mal arreglo", subrayó, antes de establecer una comparación con el atentado con coche bomba que sufrieron hace días en el Líbano los cascos azules españoles.

Moreno Susanna recordó que los inhibidores sólo evitan un problema concreto, el de las bombas activadas a distancia mediante radiofrecuencia, pero no otras modalidades de atentado con minas terrestres o con detonadores por cable.

"Es muy difícil luchar contra lo que se llama en inglés 'improvised explosive devices' (artefactos explosivos improvisados); entre otros, los ataques suicidas que proliferan en Afganistán", dijo.