El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, ha advertido que la actual revuelta árabe en Egipto y Túnez "puede tener un impacto negativo en Europa" a través de un aumento de la inmigración ilegal y de la inestabilidad política en la zona sur del Mediterráneo y en Oriente Próximo.

Rasmussen, no obstante, ha descartado que esa rebelión pudiera plantear una amenaza directa para los 28 países de la Alianza Atlántica, aunque sí puede tener repercusiones en el proceso de paz árabe-israelí que afectará al conjunto del área mediterránea.

Rasmussen también ha expresado su temor a que los sucesivos recortes en los presupuestos nacionales de defensa puedan conducir a Europa a una situación de indefensión y ha señalado que la estabilidad en las regiones próximas a Europa no puede darse por garantizada, como está demostrando la actual revuelta árabe.

En los dos últimos años, ha precisado Rasmussen, los países aliados europeos han recortado en 45.000 millones de dólares (unos 31.500 millones de euros) sus presupuestos de defensa. "Hay que evitar que la crisis económica se convierta en una crisis de seguridad", ha afirmado. "Es un problema grave y es una advertencia grave", ha insistido Rasmussen.