Polonia y Rumanía albergaron cárceles secretas de la CIA, donde se torturaba a los detenidos, con el conocimiento de sus respectivos presidentes y fruto de un pacto suscrito entre la OTAN y EEUU. Estas graves acusaciones figuran en el segundo informe del Consejo de Europa sobre las actividades ilegales del servicio de espionaje norteamericano difundido ayer en Estrasburgo y París.

"Lo que hasta ahora no eran más que acusaciones, ahora son certezas", declaró el senador suizo Dick Marty, relator del informe. "Hoy hay elementos suficientes para afirmar que efectivamente existieron centros secretos de detención administrados por la CIA en Europa entre el 2003 y el 2005, sobre todo en Polonia y Rumanía", prosiguió Marty. Hace un año, en su primer informe, Marty reveló el traslado ilegal de presuntos terroristas en aviones de la CIA por el espacio aéreo europeo.

Basándose en sus propias fuentes y en las de los servicios de espionaje norteamericanos y de otros países, Marty sostiene que el 4 de octubre del 2001 se cerró un acuerdo secreto entre EEUU y la OTAN, cuyo secretario general era entonces el británico George Robertson, para permitir que la CIA encarcelara en Europa a sospechosos de terrorismo, conceder a Washington "autorizaciones de sobrevuelo generales" para "vuelos militares ligados a operaciones contra el terrorismo" y asegurar el "acceso a los aeropuertos". El acuerdo fue suscrito por los 18 aliados de la OTAN, incluida Polonia, y los nueve países aspirantes a entrar, entre ellos Rumanía.

Tanto Polonia como Rumanía desmintieron las afirmaciones del informe que, según el Ministerio de Exteriores rumano, se basa en fuentes anónimas "cuya credibilidad no puede ser evaluada". "Puedo repetirlo una vez más: no ha habido bases secretas de la CIA en Polonia", dijo el portavoz de Exteriores polaco.

Según el informe, la CIA torturaba a los detenidos con música alta, ruidos y molestias permanentes para que no pudieran dormir, como truenos, despegue de aviones o gritos de niños.