La misión de la OTAN en Afganistán (ISAF) ha cedido a las autoridades afganas, tras varios retrasos, el control total de la prisión de Bagram, ubicada cerca de una base militar de EEUU próxima a Kabul, ha informado la ISAF en un comunicado.

"La transferencia del centro de detención es una parte importante en el proceso de transición de la seguridad a la fuerzas afganas", ha afirmado el máximo responsable de la misión de la OTAN y de las tropas estadounidenses en Afganistán, el general Joseph Dunford.

El traspaso fue certificado en una ceremonia simbólica en la que el ministro afgano de Defensa, Bismilá Jan Mohamadi, y el general Dunford firmaron un memorando de entendimiento en el que se garantiza por mutuo acuerdo "el tratamiento justo y humano de los detenidos".

Situada a unos 60 kilómetros al norte de Kabul, en la provincia de Parwán, el centro penitenciario alberga a muchos cabecillas de la insurgencia talibán, y ha sido utilizado como la mayor y más importante prisión de EE.UU. en Afganistán.

Parte del control

En septiembre de 2012, la ISAF entregó parte del control de Bagram, incluidos unos 3.000 reclusos, a las autoridades afganas, aunque 600 prisioneros, los más peligrosos, continuaron bajo la tutela de militares estadounidenses, según el canal local Tolo.

La ceremonia que se celebró hoy debía haber tenido lugar a comienzos de este mes, durante la visita a Afganistán del recién nombrado secretario de Defensa de EEUU, Chuck Hagel, pero por motivos que oficialmente no han transcendido se canceló el traspaso.

Los medios locales afganos se hicieron eco entonces de comentarios en la prensa estadounidense que reflejaban malestar en Washington por un reciente anuncio del presidente afgano, Hamid Karzai, de que liberaría a presos de ese recinto.

La prisión de Bagram ha sido objeto de varias controversias desde la invasión del país centroasiático en el 2001, liderada por las fuerzas estadounidenses.

Organizaciones defensoras de los derechos humanos como Amnistía Internacional (AI) han denunciado con frecuencia que EEUU ha recluido en ese centro a centenares de personas, entre ellas menores de edad, sin acceso a abogados ni a tribunales.

El presidente Karzai también ha criticado en numerosas ocasiones la existencia de esta cárcel como una violación de la soberanía de su país.