Un coche bomba mató ayer a 18 personas en las proximidades de un hospital de Musayib, al suroeste de Bagdad. El suicida activó los explosivos que transportaba en el exterior de los muros que protegen el centro hospitalario, lo que provocó que la mayoría de las víctimas fueran viandantes.

Los temores de un baño de sangre crecen a medida que se aproxima, la próxima semana, la gran peregrinación denominada Ashura, en la que los shiís conmemoran el martirio que sufrió el imán Husein en las proximidades de Kerbala. El pasado año, una cadena de ataques suicida causó la muerte a un total de 171 peregrinos shiís.

En Basora, el juez Taha al Amiri murió a tiros. Hace unos días fue asesinado un periodista de la cadena Al Hurra, financiada por EEUU.