El triunfo del populismo antiinmigración en Suecia no es nuevo en la Europa nórdica. La ultraderecha vive acomodada en el espectro político de Dinamarca, Finlandia y Noruega, donde goza de apoyo ciudadano y coopera con otros partidos para condicionar unas políticas intolerantes con el extranjero.

DINAMARCA

Una muleta para los conservadores

El Partido Popular Danés (DF), que rechaza la inmigración y el islam, nació en 1995. En un inicio se nutrió de grupos de corte neonazi, pero ya no. Su popularidad convirtió al partido en una muleta necesaria para que los conservadores gobernasen. Entre el 2001 y 2011 apoyaron el Ejecutivo desde fuera, forzando la ley de asilo más dura de la UE. En el 2015 se convirtió en el partido más votado (21,1%). Presionado por el DF, el Gobierno de Lars Løkke Rasmussen penaliza el uso del burka y el niqab en lugares públicos, obliga a los musulmanes a dar la mano a los funcionarios para obtener la nacionalidad y ha aprobado una ley que redoblará las penas para ciertos delitos cometidos en los suburbios de inmigrantes.

FINLANDIA

Divididos tras entrar en el Gobierno

Fundado en 1995, Verdaderos Finlandeses (PS) -ahora Partido Finlandés- tuvo que esperar al 2011 para entrar en el Parlamento, cuando obtuvo la tercera posición con el 19,1% de los votos. El PS también se opone a la homosexualidad y al aborto e incluso pidió a las mujeres que en lugar de estudiar se dedicasen a tener hijos. En el 2015 entraron en el Gobierno de centroderecha. Tras elegir como líder en el 2017 a Jussi Halla-aho, del ala islamófoba y neofascista, los miembros de la coalición renunciaron a cooperar con los socialistas. Los ministros ultraderechistas, sin embargo, se escindieron y formaron el partido Reforma Azul, consiguiendo mantenerse en el Ejecutivo nacional. La división ha sido una estocada. El próximo mes de abril, Finlandia celebrará elecciones generales y el PS apunta a que pasará del 17,7% obtenido en los anteriores comicios al 8,3%. Reforma Azul apunta a un 1%.

NORUEGA

Una fuerza de relevancia política

Fundado en 1973 bajo una premisa libertaria, en 1994 el Partido del Progreso noruego (FrP) reforzó sus postulados antiinmigración, un giro que les aseguró la relevancia política. Instalado en el 15% de los votos desde 1997, su boom llegó en el 2009 cuando obtuvo un 23%. En el 2013 entró en el Ejecutivo de los conservadores, hasta la fecha de hoy.

Bajo su influencia, el Gobierno ha agilizado la deportación de inmigrantes, limitado la reunificación familiar, criminalizado a musulmanes y gitanos, prohibido el uso del velo integral en las escuelas y hasta ha intentado prohibir que los pobres pidan limosna.