Los ministros de Interior del G-5 (Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia y España) anunciaron ayer la organización de vuelos chárter conjuntos para devolver a inmigrantes sin papeles a sus países de origen.

Esta propuesta fue presentada por España en la reunión celebrada en la ciudad francesa de Evian y fue aprobada por unanimidad por los ministros de Interior francés, Nicolás Sarkozy; británico, Charles Clarke; italiano, Giuseppe Pisanu; y español, José Antonio Alonso, y por el director general de la policía federal alemana, Gunter Kauser. En el marco de la lucha contra la inmigración ilegal, los ministros acordaron también la armonización de procedimientos y la instauración de sistemas biométricos en los visados.

"Se trata de enviar una señal muy clara a nuestros ciudadanos: en nuestros países sólo entrarán los que tengan papeles", resumió Sarkozy. También propuso que cada año se fije un techo , "categoría por categoría", del número de extranjeros autorizados a entrar en el país.

INTEGRAR A POLONIA Convencido de que "uno de los errores" en la UE ha sido considerar que todos los países tienen la misma importancia, Sarkozy también planteó la posibilidad de que, "en los meses venideros", el G-5 se transforme en el G-6, con la integración de Polonia. "Es también un gran país europeo y no sería inútil asociar a ese gran país del Este --de 40 millones de habitantes-- a nuestra reflexión común", recalcó Sarkozy.

Reagrupar en un único vuelo los inmigrantes clandestinos originarios de un mismo país permite reducir el "esfuerzo financiero y político" de los países del G-5, subrayó Pisanu, quien explicó que se tratará de vuelos "con un destino único", que seguirán itinerarios "técnicamente y económicamente más convenientes". Serán "policías de los países interesados" los que acompañen a los inmigrantes en su viaje de vuelta.

MIEDO A LA ARBITRARIEDAD SOS Racismo alertó del riesgo de adoptar decisiones arbitrarias en las expulsiones de inmigrantes sin papeles a través de vuelos conjuntos de varios países europeos, y consideró "muy preocupante" que los ministros de Interior del G-5 aborden medidas represivas, y no de integración.

Para los ministros del G-5, la lucha contra la inmigración clandestina exige además una armonización legislativa y de métodos de control, por lo que se establecerá "un marco de referencia" tras realizarse un estudio comparativo de la situación particular de cada país.