El plan contra el hambre expresa la voluntad de los miembros del G-8 de responder a las necesidades de ayuda alimentaria urgente, y promete programas de desarrollo agrícola y rural a largo plazo. Sin embargo, el documento no precisa compromisos cuantitativos. El documento indica que las necesidades alimentarias pendientes de cubrir en Africa este año ascienden a 1,2 millones de toneladas. El G-8 recuerda que desde el 2002 sus ayudas alimentarias de urgencia ascendieron a 3.300 millones de euros (549.000 millones de pesetas).