Pakistán se ha refugiado en el apoyo de China en un momento de fragilidad tras la operación de EEUU en su territorio para matar a Osama bin Laden, cuya presencia en una ciudad cercana a Islamabad propició críticas en todo el mundo. El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, ha hecho una visita oficial a Pekín -ya prevista antes de que el pasado día 2 comandos de EEUU mataran al líder de Al Qaeda cerca de Islamabad- en la que los liderazgos de ambos países se han plagado de elogios. El presidente chino, Hu Jintao, destacó ayer los logros en la lucha antiterrorista de Pakistán, después de que un día antes el primer ministro, Wen Jiabao, transmitiera a su colega paquistaní el apoyo de su país "sin importar los cambios en la escena internacional". Fuentes oficiales paquistaníes han insistido durante los últimos días en que China da respaldo a Pakistán en su queja de que EEUU violó su integridad territorial al lanzar un ataque de fuerzas de élite contra Bin Laden en una finca de la norteña ciudad Abbottabad, que también alberga la principal academia militar de Pakistán. La declaración conjunta emitida ayer al término de la visita se refiere de forma implícita a ello. "La parte china reiteró que cree que la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Pakistán debe ser respetada", reza el comunicado común. Tampoco se quedaron sin respuesta las críticas de algunos sectores occidentales, que han puesto en duda la honestidad de Islamabad en la lucha contra los grupos islamistas tras saber que Bin Laden vivió varios años a tres horas en coche de Islamabad. "La parte china reconoció los tremendos esfuerzos y el gran sacrificio que ha hecho Pakistán en la lucha contra el terrorismo", dice el documento emitido por los dos socios asiáticos. En plena celebración del 60 aniversario del establecimiento de sus lazos diplomáticos, China y Pakistán cerraron además durante la visita de Guilani tres acuerdos o memorandos de entendimiento. Las dos potencias asiáticas están actualmente centradas en desarrollar los pactos a los que llegaron durante la visita de Wen a Islamabad el pasado diciembre, cuando se propusieron alcanzar los 100.000 millones de dólares en intercambios comerciales para 2015. Pakistán recibe ayuda china no solo para proyectos de infraestructuras; también para su programa nuclear civil y su suministro militar. Por ejemplo, Islamabad tiene un plan para adquirir 150 nuevos aviones de combate JF-17 Thunder, la mayoría comprados a China. Durante la visita, el Gobierno paquistaní confirmó que pagará a China durante los próximos meses 50 de estos cazas a un precio de entre 20 y 25 millones de dólares cada uno, muy inferior al de los F-16 que Pakistán ha adquirido de EEUU durante los últimos años para su flota aérea. Pakistán ya dispone de entre 24 y 38 de JF-17 en el marco de este plan y tiene previsto construir varios de ellos en su territorio con la ayuda del gigante asiático, en lugar de optar por la compra directa. Esta colaboración en todos los frentes causa incomodidad a Estados Unidos, que encuentra grandes dificultades para tener una cooperación fluida con Pakistán pero que necesita su ayuda en su lucha contra el terrorismo y para gestionar la guerra afgana. Consultado por Efe, el experto en relaciones sino-paquistaníes Fazal-ur-Rahman constató las suspicacias que suscitan en Washington visitas como la de Guilani a Pekín. "Esta ha sido una buena oportunidad para que los dos países discutan sobre la incertidumbre en las relaciones entre Pakistán y EEUU" tras la muerte de Bin Laden, comentó el académico, que dirige el Centro de Estudios de China, con sede en Islamabad. "A hora incluso los estadounidenses se muestran abiertamente contrariados por estas relaciones", recordó Rahman, quien apuntó que Pakistán podría hacer lo mismo y lamentar la aproximación de Washington a Nueva Delhi durante los últimos años. Rival tanto de China como de Pakistán, la India es el actor regional que hace más sólidos los lazos geoestratégicos entre Pekín e Islamabad. Los paquistaníes están enfrentados con los indios desde la independencia del subcontinente en 1947, mientras que Pekín está embarcado en una 'Guerra Fría' con Nueva Delhi por la hegemonía política y económica en Asia. El ministro indio de Defensa, A.K. Antony, expresó ayer abiertamente sus reservas ante la colaboración sino-paquistaní, especialmente en el ámbito de defensa. "Es un asunto de seria preocupación para nosotros. Lo más importante es que aumentemos nuestra capacidad (de defensa), esa es la única respuesta", aseguró el ministro indio.