Mientras las agencias humanitarias advierten de la inminencia de una nueva oleada de fallecimientos debido al frío, al hambre y a la sed entre los supervivientes del reciente terremoto en el sur de Asia, la comunidad internacional se comprometió ayer a dar una ayuda adicional de 483 millones de euros a Pakistán. "Las dimensiones de esta tragedia casi desafían nuestra imaginación", declaró el secretario general de la ONU, Kofi Annan, al inicio de la conferencia de donantes de Ginebra, en la que pidió más ayuda urgente para los damnificados.

El coordinador de ayuda humanitaria de la ONU, Jan Egeland, denunció que, debido a la escasez de medios, a muchos heridos se les tuvieron que amputar extremidades que sólo tenían heridas. "Necesitábamos ayer el dinero", se lamentó Egeland en la sede de la ONU en Ginebra.