En tono de ostensible indignación, el Ejército de Pakistán denunció ayer que un bombardeo aéreo "cobarde y sin provocación previa" por parte de fuerzas estadounidenses en Afganistán mató a 11 soldados paquistanís en la zona fronteriza entre ambos países. El incidente, el más grave desde el inicio de la guerra contra el terrorismo y la caída del régimen talibán en Afganistán en el 2001, amenaza con envenenar aún más las relaciones entre Occidente y el nuevo Gobierno de Pakistán, en un momento en que Islamabad negocia un alto el fuego con los talibanes paquistanís. Islamabad exigió la apertura de una investigación acerca de lo sucedido.