Miles de palestinos en Cisjordania y Gaza esperan con expectación el discurso que dará hoy en la Asamblea General de a ONU el presidente Mahmud Abás, en el que pedirá el reconocimiento de la comunidad internacional a un Estado palestino. Tras el discurso, esta tarde GMT, el presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) entregará al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la histórica solicitud para que Palestina sea admitida como miembro de pleno derecho. La medida ha despertado la oposición de EEUU, Israel y de otros Estados, que en los últimos días tratan de impedir la votación en el Consejo de Seguridad con una solución de compromiso y la reanudación de las estancadas negociaciones de paz.

Ayer, el secretario general de la OLP, Yaser Abed Rabbo, negó que Abás haya pedido retrasar la votación en el Consejo de Seguridad. "La solicitud se presentará el viernes (hoy) justo después del discurso de Abás ante la Asamblea General de la ONU", subrayó e indicó que "existe un periodo de tiempo legal en el que la demanda es estudiada antes de someterla a votación". Según algunos medios, las potencias occidentales estarían presionando a Abás para al menos retrasar la votación en el Consejo de Seguridad con el fin de disponer de más tiempo para las gestiones diplomáticas encaminadas a la reanudación del proceso de paz.

Mientras en Nueva York la diplomacia internacional intenta encontrar una solución aceptable para todas las partes, en Cisjordania y Gaza continúan las manifestaciones de apoyo a la candidatura. La iniciativa "Palestina 194" ha convocado hoy concentraciones populares en las principales ciudades de Cisjordania coincidiendo con la intervención del presidente palestino, para hacer ver al mundo el deseo de la población. Los palestinos podrán ver el discurso en la plaza Yaser Arafat de Ramala en dos pantallas gigantes, informaron fuentes de la organización.

La candidatura palestina recibió también el espaldarazo de un grupo de unos 300 intelectuales israelíes que ayer se concentraron en Tel Aviv frente al edificio en el que fue declarado su estado en 1948 para pedir al gobierno de Benjamín Netanyahu que sea el primero en reconocer a Palestina. Por su parte, los servicios de seguridad israelíes han declarado el estado de alerta máxima a partir de esta mañana en previsión de posibles disturbios después del discurso.

La situación de alerta, que estará en vigor durante tres semanas, incluye a 9.000 agentes de policía, de un total de 35.000 que prestan servicio en ese cuerpo, así como miles de voluntarios para garantizar la seguridad dentro de las zonas más sensibles de Israel.

El Ejército israelí, que también ha movilizado a al menos dos regimientos de la reserva, se encargará de la vigilancia en las zonas fronterizas y en el territorio ocupado de Cisjordania.

La emisora de radio "La Voz de Israel" informó del temor de los servicios de seguridad a que manifestantes palestinos traten de cruzar en masa los controles y pasos fronterizos desde Cisjordania, en particular los que dan acceso a Jerusalén Oriental, donde los palestinos aspiran a declarar la capital de su futuro Estado.