El presente económico de Gaza es tan gris como las barriadas de hormigón donde malviven los 1,4 millones de palestinos de la franja mediterránea,de los que dos tercios son refugiados. Israel se retiró hace más de un mes, tras casi 40 años de ocupación, dejando atrás "enormes necesidades", según declaró a este diario el ministro de Economía palestino, Mazen Sunukrot. "Tenemos que reconstruirlo casi todo. Viviendas, carreteras, industrias, alcantarillado, el puerto, el aeropuerto...".

Las rentas familiares retroceden una década en el tiempo: el 75% de la población subsiste con menos de dos dólares diarios (1,6 euros) y el desempleo oscila entre el 35% y el 70%, según sea la Autoridad Nacional Palestina o la ONU quien dé el dato. Gaza tiene una de las mayores densidades de población. En sus campos de refugiados hay 50.000 habitantes por kilómetro cuadrado.

En 8 metros cuadrados

Hisam el Saaty es uno de esos pobres de solemnidad. Vive en una habitación de ocho metros cuadrados, con sus cinco hijos y su mujer, en el campo de refugiados de Al Shatti. Para ir al cuarto de baño tiene que pasar a casa de sus vecinos. Aquí a los hombres se les llama "los trabajadores israelís". Antes de la segunda Intifada la mayoría trabajaba en la construcción o en el campo en el otro lado. Pero el cierre de fronteras israelí corta el flujo de palestinos.

La guerra larvada acabó con el mayor polígono industrial de Gaza, situado en Eretz, al norte de la franja. Hisam cambió su empleo allí en una fábrica textil por un sedal de pesca con el que mata las horas en el mar de Gaza. Sólo la ayuda que recibe del Programa Mundial de Alimentos de la ONU y la asistencia médica que Hamás proporciona a su hijo minusválido le permiten sobrevivir.

El pasado martes, decenas de trabajadores como Hisam se manifestaron para pedir trabajo frente al Parlamento en Gaza. "La gente está harta de promesas. Quiere ver empleos, mejora de servicios y fronteras abiertas", explica Ismail Lubbad, experto socioeconómico.

En la calle, las tintas contra el sombrío horizonte económico se cargan por igual contra Israel y contra la ANP, a la que se tacha de ineficaz y de corrupta. Mazen Sunukrot, tecnócrata aupado a ministro en la última remodelación del Ejecutivo palestino, defiende las reformas de su Gobierno para aumentar la transparencia. Su ministerio tiene un plan de tres años para reactivar la economía y crear miles de puestos de trabajo. Para lograrlo, dice, son necesarios 2.916 millones de euros, que espera obtener de la comunidad internacional y de la inversión privada, a la que ofrece vacaciones fiscales los 10 primeros años.

Como primer paso quiere lanzar un plan de emergencia para reconstruir "viviendas, empresas agrícolas e industrias demolidas", que puede crear "entre 20.000 y 25.000 empleos.Planificación familiarLos programas de planificación familiar, no obstante, funcionan. De los 7,8 hijos de media por mujer a principios de los 90 se ha pasado a 5,4, asegura Ismail Lubbad, investigador de la Universidad de Harvard. Pero, con más o menos hijos, ningún plan será viable si "Israel no pone fin a la ocupación", dice Sunukrot.

"Israel no pone fin a la ocupación","Ellos siguen controlando nuestros accesos para las importaciones y exportaciones desde Gaza",