La exgobernadora de Alaska y cara más mediática del ultraconservador Tea Party, Sarah Palin, que la semana pasada provocó una polémica al declararse víctima de un "libelo de sangre" --expresión utilizada para referirse a la persecución que sufrieron los judíos durante la Edad Media acusados falsamente de matar niños para usar su sangre en rituales religiosos-- por parte de quienes le achacaban parte de la responsabilidad por el tiroteo de Tucson por su retórica incendiaria contra los demócratas, lejos de rectificar, insiste en sus palabras. Esta madrugada, en una entrevista en la conservadora cadena Fox, Palin ha defendido su derecho a usar el término "libelo de sangre". "Significa que uno es falsamente acusado de tener sangre en sus manos. En este caso, es exactamente lo que está ocurriendo", ha argumentado la excandidata republicana a la vicepresidencia.

Ajena a los seis fallecidos y 13 heridos en el tiroteo de Tucson, incluida la representante demócrata Gabrielle Giffords, Palin se ha presentado una vez más como víctima de esos sucesos y se ha defendido señalando que la expresión libelo de sangre se ha utilizado siempre. La dirigente conservadora ha señalado que la matanza perpetrada por Jared Lee Loughner no debe impedir el debate político que, a su juicio, "hace excepcional a América".

El tiroteo de Tucson cuestionó el discurso incendiario del ala dura de los republicanos, que ha hecho blanco de todos los males a los demócratas. Palin está en el centro de esas críticas porque fue ella quien diseñó un mapa de EEUU en el que aparecían marcados en una diana una veintena de dirigentes demócratas. La exgobernadora también ha animado a los republicanos a "recargar y no retirarse".

En la entrevista, Palin no aclara si se presentará a las presidenciales del 2012, pero sí ha advertido de que no se callará. "No voy a sentarme. No voy a callarme", ha desafiado.