Desde que irrumpió en la política de EEUU como número dos en la candidatura de John McCain, la exgobernadora de Alaska, Sarah Palin, provocó profundas divisiones incluso en el partido republicano. Ahora, vuelve a ser aupada por los más conservadores.

Un discurso ofrecido el sábado en la primera convención nacional del Tea Party, movimiento de ultraconservadores que ha dejado notar su poder en la oposición a Barack Obama, ha puesto todos los focos sobre Palin. Esa intervención, no obstante, es uno de los pasos más visibles de una carrera de fondo.

Mantiene un equipo de asesores, que a diario le informan sobre política doméstica e internacional (uno de sus puntos débiles). Y con su libro, Going Rogue, ha conseguido hacerse millonaria, estatus casi imprescindible para hacer carrera política en EEUU.

La principal diana de su discurso fue Obama, al que criticó por su política econó- mica y de seguridad. "Necesitamos un comandante en jefe --dijo--, no un profesor de derecho en un atril". Pero ayer Palin fue más lejos y, en una entrevista con Fox, dejó la puerta abierta a ser candidata en el 2012. "Sería absurdo no considerar lo que potencialmente puedo hacer para ayudar a mi país", dijo.