El papa Benedicto XVI condenó hoy la matanza perpetrada ayer en la iglesia de sirio-católica Sayida an Nayá (señora del socorro, en árabe) de Bagdad y la calificó de "absurda" y "feroz" porque ha golpeado a personas inermes. Al menos cuarenta personas murieron y otras 57 resultaron heridas durante la liberación de los rehenes retenidos por un grupo de hombres armados en dicha la iglesia, situada en el centro de la capital iraquí, en la que un sacerdote fue asesinado en el altar. Tras el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro, el Papa recordó que entre las víctimas mortales se encuentran dos sacerdotes y un grupo de fieles reunidos en la misa dominical. "Rezo por las víctimas de esta absurda violencia, más feroz en cuanto ha golpeado personas inermes, recogidas en la casa de Dios, que es la casa de amor y de reconciliación", dijo. Benedicto XVI expresó su "afectuosa vecindad a la comunidad cristiana, nuevamente atacada", y alentó "a los pastores y a todos fieles a ser fuertes y a no perder las esperanzas". "Ante los hechos atroces, que continúan golpeando a los pueblos de Oriente Medio -afirmó-, quisiera renovar mi llamamiento por esa ansiada paz: que es don de Dios, pero también el resultado de los esfuerzos de los hombre de buena voluntad, de las instituciones nacionales e internacionales". El Papa instó a los agentes políticos e instituciones a "que unan sus fuerzas para acabar con cualquier tipo de violencia".