El atentado contra una iglesia cristiana en Alejandría (Egipto) ha llevado al Papa a pedir, en su primera misa del año, a la comunidad internacional que frene las persecuciones que sufren los cristianos. Benedicto XVI ha señalado que "la humanidad no puede mostrarse resignada ante la violencia y no debe acostumbrarse a a los conflictos que provocan víctimas y ponen en peligro el futuro de los pueblos".

En una homilía celebrada en la basílica de San Pedro a la que han asistido los embajadores del mundo ante la Santa Sede, Ratzinger ha señalado que con su oración espera "ayudar a cada hombre y cada pueblo, y en particular, a aquellos que tienen la responsabilidad de Gobierno, a caminar de modo más decisivo por el camino de la paz".

Así, el Papa ha instado a los jefes de Estado y de Gobierno de todos los países a no ceder tampoco al desaliento ni a la resignación "frente a las amenazas de las tensiones del momento, frente a las discriminaciones, frente a la intolerancia religiosa, que hoy golpea de una forma especial a los cristianos".

COMPROMISOS CONCRETOS

Y ha hecho hincapié en que para construir la paz en el mundo "no bastan las palabras, es necesario el compromiso concreto y constante de los responsables de la naciones, pero es necesario sobre todo que cada persona sea animada por el auténtico espíritu de la paz".

El Papa ha recordado que la libertad religiosa es un elemento imprescindible de un Estado de Derecho y "no se la puede negar sin dañar a la vez todos los derechos y libertades fundamentales".