El Vaticano volvió a clamar ayer contra la guerra en Irak. Miles de fieles católicos, congregados en la plaza de San Pedro, escucharon en vivo el llamamiento a orar por la paz del papa Juan Pablo II, que en su sermón del miércoles de ceniza aseguró que "todo el mundo tiene que asumir conscientemente sus responsabilidades y hacer un esfuerzo común para evitar a la humanidad otro dramático conflicto".

El Papa, que ha asegurado que una guerra sería "una derrota para la humanidad", ha mostrado su oposición a un ataque militar preventivo y sin el apoyo de Naciones Unidas, para el que no encuentra justificación "moral ni legal" y que, además, no ve inevitable. Ayer insistió en su mensaje antibelicista en el día que marca el inicio de la Cuaresma.

"AMENAZANTES TENSIONES"

"La situación internacional está sacudida por amenazantes tensiones de guerra", dijo Juan Pablo II, que horas más tarde aseguró que "no habrá paz en la tierra mientras continúen la opresión de los pueblos, las injusticias sociales y los desequilibrios económicos".

El mensaje del Vaticano también se escuchó en Washington, donde el cardenal Pío Laghi mantuvo una reunión con Bush. Las posturas divergentes habían quedado de manifiesto antes del encuentro, cuando Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, recordó que EEUU no comparte la opinión de la Santa Sede de que una guerra preventiva es "inmoral".