El Papa Francisco tiene previsto visitar este mes a los emigrantes y refugiados que permanecen atrapados en la isla griega de Lesbos a la espera de ser trasladados forzadamente a Turquía para ser internados en régimen de detención y después expulsados.

La notícia no ha sido divulgada por el Vaticano, sino por el Sínodo de la Iglesia Ortodoxa, que a diferencia de los sínodos católicos son muy parecidos a los parlamentos deliberativos occidentales.

"Existen contactos en curso. No hay nada aún definido", ha dicho elportavoz papal, Federico Lombardi, quien no obstante ha reconocido que "las fuentes griegas son relevantes”. La agencia rusa Ria Novosti ha añadido que el viaje será el día15.

Según las mismas fuente, Jorge Bergoglio llevará a cabo un viaje relámpago de un solo día en compañía del Patriarca de Atenas, el arzobispo Ieronimos II y el Patriarca Ecuménico de Constantinopla (Estambul), Bartolomeo I, que ejerce como un “Papa entre iguales” en las iglesias ortodoxas, que son autónomas.

“Bartolomeo I estará al lado del Papa Francisco para esta visita importante”, ha informado el patriarcado de Constantinopla. Para la ocasión también viajarán a la isla atiborrada de migrantes el presidente griego, Prokopis Pavopoulos, y el primer ministro, Alexis Psipras.

TARJETAS TELEFÓNICAS

En 2013, el Papa hizo un viaje a la isla italiana de Lampedusa para visitar también a emigrantes y refugiados. Entonces celebró una misa frente a una cruz construida con los maderos de las barcazas zozobradas y distribuyó tarjetas telefónicas a los emigrados irregulares para que llamaran a sus familias.

Durante la pasada Semana Santa y en este año dedicado a la Misericórdina, Francisco se trasladó a un centro de refugiadosdonde lavó los pies a varios de ellos, sin distinción de sus religiones. El lunes de Pascua rezó por el “drama de los refugiados que huyen de guerras y otras situaciones deshumanas” y quiso recordar particularmente a “Grecia y otros países que se encuentran en primera línea (...) prestando a los emigrados un generoso socorro, que necesita de la colaboración de todas las naciones”.

En aquella ocasión, el Papa dijo que una “respuesta coral puede ser eficaz y distribuir justamente el peso (de los emigrantes)”, aunque para ello “es necesario llevar a cabo negociaciones con decisión y sin reservas”.