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Estados Unidos y los principales países europeos occidentales chocaron anoche sobre el papel que debe desempeñar la OTAN en el siglo XXI. Durante la primera sesión de la cumbre de la Alianza Atlántica en Baden-Baden (Alemania), el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la cancillera alemana, Angela Merkel, expresaron su rechazo al modelo que quiere impulsar EEUU de transformar la organización militar en un supergendarme mundial capaz de actuar preventivamente para evitar conflictos armados.

EEUU considera que hay que redefinir el papel de la OTAN. Obama defendió que en lugar de una organización de carácter reactivo, que espera que ocurra alguna cosa negativa para actuar después de largos meses de deliberaciones, la Alianza Atlántica debería actuar de forma rápida y preventiva para hacer frente a las múltiples amenazas a la seguridad internacional.

LA DIVERGENCIA Merkel y Sarkozy defendieron que la OTAN debe centrarse en su misión fundamental, que es la defensa colectiva de los estados miembros frente a una agresión externa o una amenaza directa para su seguridad, como el caso de Afganistán y las misiones de pacificación de los Balcanes. Ambos opinan que una Alianza para todo corre el riesgo de perder eficacia y acentuar tensiones internas.

"Muchos de nosotros no queremos jugar a policías del mundo", reconocieron fuentes diplomáticas. "No concibo una OTAN mundial. La Alianza Atlántica es y debe seguir centrada en la seguridad colectiva de sus miembros", ya declaró Merkel ante el Parlamento alemán el pasado 26 de marzo.

Durante la cena de trabajo, Merkel defendió con vehemencia el nombramiento del primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, como el nuevo secretario general de la OTAN para suceder al holandés Jaap de Hoop Scheffer, cuyo mandato expira el 31 de julio próximo. El nombramiento requiere el acuerdo unánime de los 28 miembros de la Alianza Atlántica.

La candidatura de Rasmussen cuenta también con el respaldo de EEUU, Francia y España, y se ha visto reforzada por la renuncia oficial, ayer, del candidato polaco, el ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski. Pero Rasmussen ha tropezado hasta ahora con la oposición del Gobierno de Turquía.

OPINION NEGATIVA El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró ayer en Londres que mantenía su "opinión negativa" sobre el nombramiento de Rasmussen. Turquía reprocha a Rasmussen que no presentara disculpas por la publicación en el 2005 en un diario danés de una serie de caricaturas de Mahoma que indignaron a la población de los países musulmanes. El primer ministro danés consideró que no había razón para disculparse, porque era un derecho fundamental europeo: la libertad de expresión.