Alemania y Francia demostraron ayer que siguen hablando con una misma voz en Europa y anunciaron un acuerdo para aprobar el objetivo de la Comisión Europea de reducir las emisiones de CO2 de los automóviles que se fabriquen a partir del 2012. El anuncio realizado por los dirigentes de ambos países al término de la cumbre franco-alemana que tuvo lugar en Straubing, Baviera, pone fin a meses de disputas y marca un reinicio del trabajo mano a mano entre el presidente Nicolas Sarkozy y la cancillera Angela Merkel.

"Hemos logrado un compromiso que viene a demostrar, una vez más, la gran capacidad de negociación que existe entre nuestros países", dijo Merkel. Alemania, líder en la producción de coches grandes y de gama alta, y por tanto más contaminantes, se sentía perjudicada en este punto frente a países como Italia y Francia, especializados en modelos más pequeños.

Contra las expectativas, Merkel aseguró ayer que Alemania cedería y apoyará el paquete de medidas sobre Energía y Clima con el compromiso de reducir las emisiones de CO2 a 120 gramos por kilómetro, aunque solo para los nuevos modelos que se fabriquen a partir del 2012.