El Parlamento británico celebró hoy una sesión extraordinaria para rendir tributo a la exprimera ministra conservadora Margaret Thatcher, que todavía enciende pasiones encontradas en el Reino Unido como se demostró en la Cámara de los Comunes.

La muerte de la "Dama de hierro", el pasado lunes a los 87 años, ha agitado la vida política británica hasta el punto de que quedó suspendido el receso parlamentario en el que se encontraba Westminster para oficiar hoy un pleno en el que el legado de Thatcher fue resumido sobre todo con elogios, pero también con algunas críticas.

El primer ministro conservador, David Cameron, y el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, coincidieron en alabar algunos de los éxitos de Thatcher durante los once años que estuvo en el poder, de 1979 a 1990, y subrayaron el logro que supuso que una mujer accediera por vez primera a la jefatura del Gobierno en este país.

El dirigente laborista subrayó su oposición ideológica respecto a Thatcher, si bien admitió que fue una "líder política fuera de lo común" y resaltó que supo iniciar el restablecimiento de la depauperada economía británica a partir de 1979 y defender la soberanía británica de las islas Malvinas.

Cameron, por su parte, argumentó que las reformas que emprendió la ex primera ministra han dejado una huella imborrable en el Reino Unido.

"Hoy resulta absurdo pensar en un Estado tan enorme que sea el propietario de los aeropuertos y aerolíneas, de los teléfonos en nuestras casas, de los camiones y las carreteras. Incluso tenía en propiedad una empresa de mudanzas", señaló Cameron.

La sesión, en la que el análisis político convivió con anécdotas sobre la ex primera ministra y mucho sentido del humor, se inició en un ambiente relajado con las intervenciones de los principales líderes de los partidos.

A medida que avanzaba un debate que se alargó durante horas y las bancadas de ambos lados de la Cámara se fueron vaciando, comenzaron a aparecer opiniones enfrentadas y críticas más agrias, en especial por parte de los diputados laboristas veteranos.

David Winnick, parlamentario laborista desde 1979, sostuvo que Thatcher mantuvo una "brutal indiferencia ante el sufrimiento de la gente", mientras que la actriz Glenda Jackson, de 76 años, aseguró que el "thatcherismo" castigó a las clases bajas y olvidó "valorar a cada ser humano como individuo".

Algunos diputados censuraron las reformas fiscales que emprendió Thatcher en la década de 1980 así como su actitud durante el largo pulso que mantuvo con el sector minero, mientras los conservadores elogiaban su actitud reservada respecto a Europa y su colosal figura política, fuera y dentro de las fronteras del Reino Unido.

La controversia alrededor de la figura de Thatcher ha continuado después de su muerte con la organización de su funeral, previsto para el próximo miércoles 17 y cuyo coste, según cálculos de la BBC, rondará los 10 millones de libras (11,6 millones de euros).

Más de 700 miembros de las Fuerzas Armadas británicas participarán en el cortejo fúnebre que discurrirá por las calles del centro de Londres para trasladar los restos de la "Dama de Hierro" desde Westminster hasta la catedral de San Pablo, en el corazón financiero de la City, donde se oficiará una ceremonia religiosa a la que asistirá la reina Isabel II de Inglaterra.

"Si hablamos de dinero, la relación con la Unión Europea que ella negoció nos ha reportado hasta ahora 75.000 millones de libras (87.750 millones de euros), dos veces el presupuesto actual de Defensa. Creo que poniendo eso en perspectiva, nos podemos permitir contribuir a su funeral", afirmó el ministro de Exteriores británico, William Hague, en alusión al llamado "cheque" británico.