El decreto ley para la reforma televisiva en Italia tenía que haber sido ratificado ayer sin problemas por la Cámara baja, pero la inesperada aprobación de una enmienda de la oposición obligó a la mayoría gubernamental a devolver la polémica ley al Senado: un auténtico revés para el imperio televisivo del primer ministro, Silvio Berlusconi.

Desde el Gobierno se había asegurado que no habría disidencias para aprobar la ley Gasparri, que prevé, entre otras cosas, la privatización de la radiotelevisión. Como artimaña, la oposición había preparado 400 enmiendas para bloquear la aprobación de la ley. Una de las enmiendas, sobre la prohibición de utilizar a menores de 14 años en anuncios publicitarios, fue aprobaba por 284 votos a favor y 278 en contra. Queda por ver si en la repetición del trámite, Berlusconi será capaz de aunar a la mayoría gubernamental.