La berlinesa Andrea HansenPlotz y su marido, Hanz Plotz, están contentos como nunca: dentro de algunas horas, máximo unos días, serán padres por primera vez. Ya saben que será un niño, pero todavía desconocen el día preciso en que la mujer dará a luz. Y no les importa mucho esperar, ya que ese tiempo se puede convertir en oro.

La razón es simple: el 1 de enero entrará en vigor un generoso programa gubernamental de ayudas para la familia, y si el niño nace en el 2007, aunque sea por tan solo un segundo, podrán recibir un incentivo de hasta 25.200 euros.

Los periódicos afirman que las embarazadas alemanas "están haciendo todo lo posible para dar a luz después de las 12 de la noche del próximo domingo". De esa manera, los bebés no solo llegarán con un pan debajo del brazo, como se acostumbra a decir. Además, los pequeños también traerán una bolsa llena de euros.

Esperando el colapso

La prensa alemana destaca que muchos médicos, a petición de las familias, están dando recomendaciones para retrasar los partos en lo posible. Esto ha encendido la alarma en los hospitales, que se preparan para una avalancha de partos en las primeras horas del año 2007, que se inicia dentro de tres días.

"Esperamos un colapso el día de Año Nuevo y tendremos a todo el personal a mano", asegura convencido Klaus Vetter, jefe médico del Hospital Vivantes de Berlín, a la agencia Reuters. Christian Albring, presidente de la Asociación Alemana de Ginecólogos, ha declarado al Berliner Zeitung que todas sus pacientes han preguntado por la forma en que pueden prolongar sus embarazos.

Médicos y parteras les recomiendan evitar el estrés, las actividades físicas, estar tumbadas mucho tiempo: son los métodos naturales recomendados para retrasar el parto. El ginecólogo Folker Adam les ha propuesto retrasar el parto con métodos como la ingesta de magnesio.

"Sobre todo las mujeres que tienen un trabajo desean que su hijo nazca en el nuevo año", afirma la médica Kirsten Graupner, quien precisa que no piensa "proporcionar ninguna posibilidad para retrasar el nacimiento". Por su parte, el profesor Christoph Lindner afirma que "cuando las contracciones aparecen, no se puede postergar el nacimiento durante mucho tiempo".

Todo el revuelo lo ha causado la ministra alemana de la Familia, la cristianodemócrata Ursula von der Leyen (CDU), que está casada y es madre de siete hijos, quien asegura que llegó la hora de terminar con la crisis demográfica que vive Alemania. De lo contrario, asegura, terminarán por desaparecer como nación, y no antes de ver destruida su economía.

Para ello ha elaborado un plan de ayuda a las familias con el fin de incentivarlas a tener muchos hijos. Si los bebés nacen en el 2007, los padres podrán recibir una ayuda equivalente al 67% del último salario neto, un máximo de 1.800 euros al mes durante 14 meses.

Pero no todos saldrán beneficiados. Por ejemplo, una estudiante con un ingreso bajo recibirá en promedio 300 euros durante 12 meses, mientras que si su bebé nace antes del 1 de enero se beneficiará del actual sistema de ayuda a la familia y recibirá los mismos 300 euros, pero durante 24 meses.

La cara bonita

La ministra considera que, a pesar de esta situación, el país conseguirá aumentar el número de nacimientos: en el 2005 nacieron 685.795 bebés, unos 20.000 menos que en el 2004. "Alemania es el país que desde hace más tiempo y de forma más acentuada vive una disminución de los nacimientos, y nuestro propósito es frenar esa tendencia", señala la ministra. "En todos los países donde se han establecido ayudas para la familia ha sido posible revertir las cifras negativas en este terreno", resaltó.

La mayoría de los alemanes afirman que las ayudas no están mal, pero que son solo el lado bonito de las reformas que lleva adelante Angela Merkel. Las demás conllevan más restricciones al Estado de bienestar, un encarecimiento de la vida y todo tipo de golpes para los sectores de bajos ingresos. A partir de enero todo será más caro, ya que el IVA aumentará del 16% a un 19%. Subirán las cotizaciones y disminuirán las ventajas fiscales, salvo, claro, para las grandes empresas, que gozarán de condiciones especiales para que produzcan en Alemania de acuerdo con las necesidades del país. Por lo tanto... no es oro todo lo que reluce.