Turquía enciende pasiones. No repuestos del debate en torno a su posible acceso al club cristiano europeo, ha rebrotado la polémica. La OTAN ha tenido varios días sobre la mesa el tema de la aprobación de medidas preventivas de apoyo a Turquía en caso de un ataque iraní. El compromiso al que se ha llegado --al margen de Francia-- no ha recompuesto la situación, pues la credibilidad de la OTAN ha resultado dañada. Pero no para ahí el tema.

Tras sentirse objeto de debate, Turquía intenta ahora vender más caros sus favores a EEUU: Erdogan acentúa sus exigencias --mayores contrapartidas económicas-- para poder contrarrestar la creciente oposición a la guerra por parte de los ciudadanos turcos.Despechado por esta inesperada resistencia, Estados Unidos ha impuesto a Turquía un ultimátum para que deje de inmediato vía libre al Ejército de invasión --hombres y material-- a través de su territorio. El drama está servido. No falta nada.