A 20 días de las elecciones generales, la escena política seguía concentrada ayer en la lluvia de improperios que el sábado Silvio Berlusconi volcó sobre la patronal italiana (Confindustria), reunida para plantear media docena de preguntas a representantes de los progresistas y de los conservadores.

"Ha sido una intervención antidemocrática, no liberal y ofensiva con las personas", declaró ayer a la prensa local Andrea Pininfarina, vicepresidente de la patronal. "Tengo demasiado respeto a las instituciones como para hacer comentarios", zanjó Luca Cordero de Montezemolo, presidente de la institución. El Gobierno italiano dijo ayer, en un comunicado, que el empresariado "está con la izquierda".

El viernes, Berlusconi anunció que causaría baja en su cita del sábado debido a una lumbalgia. Sin embargo, se presentó cojeando y, saltándose las normas del acto, cogió el micrófono y habló a los industriales. A Diego della Valle, propietario del imperio de los zapatos Tod´s, le espetó: "O está loco o tiene esqueletos en el armario". Según Berlusconi, por eso se ha puesto bajo la protección de los "jueces rojos".

LA PRENSA, UN PELIGRO Berlusconi también atacó a los diarios nacionales, diciendo que "son un peligro para la democracia". Citó a La Repubblica, Corriere della Sera, La Stampa , el diario de la patronal, Il Sole-24 Ore , e incluso Il Messaggero de Roma, reo probablemente de apoyar a su aliado y presidente del Congreso, Pierferdinando Casini. "No creáis a los diarios que hablan de la decadencia de Italia", dijo Berlusconi, invitando los presentes "a trabajar más y a ir menos a la patronal".