El Gobierno chino acusó hoy al grupo religioso budista Falun Gong de intentar dañar sus relaciones con Argentina, después de que un juez de ese país dictara una orden de arresto contra el ex presidente chino Jiang Zemin por iniciar la presunta persecución de miembros del movimiento en el país asiático. "Falun Gong está intentando aprovecharse de los procedimientos legales extranjeros para acusar de forma malintencionada y minar las relaciones de China con los respectivos países", señaló hoy en rueda de prensa la portavoz de turno del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Jiang Yu.

"Creo que ese complot no llevará a ningún sitio", agregó Jiang, quien recordó que Falun Gong está considerado un culto ilegal por el Gobierno chino por ser una "amenaza contra la seguridad del Estado". En cuanto al posible impacto que la decisión del juez argentino pueda tener en las relaciones bilaterales y en la próxima visita a China, en enero, de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la portavoz dijo que su gobierno espera que "Argentina pueda solucionar el caso de forma adecuada".

El juez argentino Octavio Aráoz de Lamadrid ordenó el 17 de diciembre pasado el arresto del ex presidente Jiang, de 83 años, y del ex responsable de Seguridad del país asiático Luo Gan, de 74, por su presunta persecución del grupo, ilegalizado bajo el mandato de ambos. Según este fallo, en caso de que Jiang y Luo viajen a algún país con tratado de extradición con Argentina, éstos deberán ser detenidos y trasladados para quedar a disposición del juez y prestar declaración indagatoria.

El juez argentino ha tenido en cuenta los testimonios de 17 seguidores del movimiento que dijeron haber sido perseguidos y torturados, así como informes de ONG defensoras de los derechos humanos sobre la situación del grupo religioso en China. Se trata del primer juicio de Falun Gong en Argentina contra el régimen chino, después de que el grupo haya iniciado en otros países como España y Francia procesos similares contra Jiang, Luo y otros ex altos cargos del régimen chino.

Desde 1999, miles de seguidores de Falun Gong han sido encarcelados y han sufrido, según denuncian, todo tipo de torturas, maltratos y asesinatos por parte de las autoridades chinas. La ilegalización se produjo después de que el movimiento, basado en prácticas tradicionales chinas para mejorar la salud física y mental, llegara a reunir a más de 100 millones de seguidores -más que el propio Partido Comunista de China- y protestara silenciosamente frente al Gobierno en Pekín en abril de 1999.

Seguidores de Falun Gong en todo el mundo han celebrado el fallo del juez argentino y esperan que la resolución sirva para abrir procesos similares contra Pekín en todos los países del mundo. Falun Gong ha presentado más de 70 demandas en al menos 30 países por lo que el grupo considera un "genocidio" contra sus seguidores, ya que calcula que el régimen chino ha asesinado a más de medio millón de ellos y que otros 3 millones son torturados en campos de trabajo.

En noviembre, el juez de la Audiencia Nacional de España Ismael Moreno, que instruye una querella de Falun Gong contra Jiang y otros cuatro altos cargos por genocidio y torturas, cursó una comisión rogatoria a China para interrogar a los cinco querellados.