E stados Unidos celebrará en noviembre una de las elecciones más trascendentales de los últimos años, pero, si nadie lo remedia antes, es muy posible que los resultados definitivos no se conozcan durante varios días o semanas, toda una invitación al caos que podría poner en peligro la credibilidad de los comicios. El motivo no es otro que la oposición frontal de Donald Trump al voto por correo, una modalidad que batirá este año todos los registros debido a los imperativos de distanciamiento social impuestos por la pandemia de coronavirus.

El líder estadounidense sostiene que el voto por correo «no funciona bien para los republicanos» y se ha embarcado en una campaña para presentarlo como una fuente de «fraude» seguro. Una opinión que no comparten los expertos.

La postura del presidente ha impedido hasta ahora financiar al Servicio Postal (USPS) con los recursos adicionales que necesita para repartir a tiempo los millones de votos que se emitirán por correo. Una cifra que podría acercarse a los 80 millones, según las estimaciones de The New York Times , el doble que hace cuatro años. Semejante explosión de la demanda llega en un momento nefasto para Correos, una agencia que pierde dinero a espuertas y acumula una deuda superior a los 143.000 millones de dólares. Su nuevo director general, Louis DeJoy, anunció el mes pasado un plan para recortar gastos, que prohíbe las horas extras de sus carteros y prevé el desmantelamiento de decenas de máquinas que procesan de forma automatizada grandes volúmenes de paquetes y cartas.

DeJoy es uno de los grandes donantes de la campaña de Trump, un empresario sin experiencia en Correos. Y sus recortes no han hecho más que aumentar los retrasos en la entrega de la correspondencia, lo que llevó hace unas semanas a los responsables del servicio a advertir que no pueden garantizar que los votos serán entregados a tiempo para su recuento. «Estamos asistiendo alarmados a los devastadores efectos de la campaña del presidente para sabotear los comicios con una manipulación del Servicio Postal que busca negar el derecho al voto», escribió el domingo la líder demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi, en una carta a sus colegas.

Ayer, sin embargo, anunció que podría aceptar los fondos si sus rivales respaldan el nuevo paquete de ayudas sociales que ha propuesto para hacer frente al covid-19. Un paquete que los demócratas ven insuficiente.

El sábado pasado, un grupo de activistas convocó una manifestación frente a la vivienda de DeJoy, en Washington, en la que reclamaban ejercer su derecho a voto por correo. H