Las declaraciones del líder ultraderechista francés, Jean-Marie Le Pen, en las que afirmaba que la ocupación nazi en Francia "no fue particularmente inhumana", ha provocado gran revuelo y una fuerte polémica en Francia. El ministro de Justicia, Dominique Perben, anunció que el presidente del Frente Nacional deberá comparecer ante el Tribunal Correccional de París para responder por estas afirmaciones, calificadas de "revisionistas" por diferentes organizaciones antirracistas que piensan querellarse. Le Pen se presentó como víctima de falta de libertad de expresión: "Soy un defensor de la libertad de pensamiento", afirmó y denunció que en el país "existe un autentico control político del pensamiento".

En declaraciones al semanario de extrema derecha Rivarol , el dirigente del Frente Nacional afirmó: "En Francia, por lo menos, la ocupación alemana no fue particularmente inhumana, aunque hubieran algunos excesos inevitables en un país de 550.000 kilómetros cuadrados". Le Pen se refirió a una masacre de Oradour-sur-Glane, de la que dijo, que "habría mucho que hablar". Le Pen dio a entender que apoya la tesis que sostiene que los 642 civiles que los alemanes encerraron en la iglesia antes de prender fuego al edificio murieron por culpa de los explosivos que allí escondió la resistencia.

El presidente del Frente Nacional se defendió presentándose como una víctima de "una campaña mediática" destinada a descalificar, según él, a los defensores del no en el referendo sobre la Constitución europea."Si los alemanes hubiesen multiplicado las ejecuciones masivas en todos los rincones, como afirma el vulgo, no habrían sido necesarios campos de concentración para los deportados políticos", dijo.

Las declaraciones de Le Pen están siendo investigadas por la fiscalía de París por si son constitutivas de un delito de "negación de un crimen contra la humanidad" o de "apología de crímenes de guerra".