El empeño del secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, de implicar a su Departamento en la mejora de la opinión pública internacional sobre EEUU no conoce límites legales ni éticos. El Pentágono está estudiando poner en vigor una directiva secreta en la que se autorizan operaciones confidenciales que incluyen el pago a periodistas para que escriban artículos favorables a la política de Washington.

Además del soborno, entre las polémicas intenciones propagandísticas de Defensa, reveladas ayer por The New York Times , figura también la de contratar a terceras personas, vinculadas al Departamento, para organizar en el extranjero manifestaciones y actos de apoyo a las políticas estadounidenses.

Rumsfeld no ha decidido aún si dar luz verde a las propuestas, recogidas en una serie de enmiendas a la directiva 3600.1 sobre operaciones de información. Estas propuestas, supuestamente, se aplicarán inicialmente en países aliados y neutrales, pero también afectarán a países "adversarios".

PARA TODO TIEMPO

En tiempo de paz, según el documento, las operaciones buscarán influenciar la percepción de Estados Unidos en el extranjero y afectar a los procesos de toma de decisiones. En pequeñas crisis, se pueden usar para demostrar la resolución de Estados Unidos en las hostilidades. Durante un conflicto, "pueden aplicarse para lograr resultados físicos y psicológicos en apoyo de objetivos militares.

Los esfuerzos de propaganda incluirían también, por ejemplo, intentos de desacreditar y socavar la influencia de mezquitas y colegios religiosos islámicos en Oriente Próximo, Asia y Europa. Incluso se plantea la posibilidad de establecer escuelas, financiadas en secreto por EEUU, para moderar la enseñanza del islam y describir favorablemente la práctica religiosa en EEUU.