En las manifestaciones y actos del Tea Party no es difícil hallar camisetas con Obama como el Joker de Batman y la frase: "¿Por qué tan socialista?", y carteles en los que el presidente aparece comparado con Hitler, o donde la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, está colocada en una taza de baño. Pero el retrato del movimiento que ayer arrojó una encuesta de The New York Times es distinto: un 18% de los estadounidenses apoya al Tea Party.

Tienen más ingresos y nivel educativo que la mayoría. Tienden a ser republicanos, blancos, hombres y casados, y su oposición a las políticas de Obama está más enraizada en la ideología que en una mala situación económica personal. La mayoría están "enfadados" con Washington, piensan que Palin no está cualificada para ser presidenta, mandan a sus hijos a escuelas públicas y piensan que el sistema de seguridad social para mayores de 65 "merece" el gasto.