La periodista radiofónica Rahmo Abdul Kadir ha muerto tiroteada en Mogadiscio, informó hoy a Efe el director de la emisora para la que trabajaba, Radio Abudwaq, Abdi Karim Bulxan.

Individuos armados se aproximaron a Kadir anoche en el distrito capitalino de Yaqshid y le descerrajaron varios disparos, que le causaron la muerte.

La reportera se había desplazado a Mogadiscio desde la céntrica ciudad de Galgadud, donde la radio tiene su sede.

"Rahmo era nueva. No sabíamos que se había ido a Mogadiscio. Nos enteramos con la noticia de su muerte, y lo lamentamos", agregó Bulxan.

Por el momento, ningún grupo se ha atribuido la autoría del atentado, aunque el objetivo y el proceder coincide con otros ataques similares reivindicados por la milicia fundamentalista islámica Al Shabab.

El Gobierno de Somalia ha prometido en repetidas ocasiones tomar medidas contra estos actos, pero todavía no se han producido detenciones relacionadas con asesinatos de periodistas.

El primer ministro somalí, Adbi Farah Shirdon, ofreció una recompensa de 50.000 dólares (unos 38.500 euros) por información fiable que conduzca a alguno de estos pistoleros.

El representante especial de las Naciones Unidas para Somalia, el tanzano Augustine Mahiga, se confesó "conmocionado" por "este horroroso ataque", que condenó "en los términos más rotundos".

"Somalia continúa siendo uno de los lugares más peligrosos del mundo para el trabajo de los periodistas. Esta imagen negativa debe cambiar", agregó Mahiga en un comunicado.

Kadir es la primera mujer periodista asesinada en Somalia en 2013 y el tercer profesional del sector muerto este año, mientras que, durante 2012, 19 periodistas fueron asesinados en el país africano, considerado uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo.

Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

Pese a los avances en el terreno político logrados el pasado año, el nuevo Ejecutivo todavía no cuenta con un control absoluto del territorio, con amplias zonas del centro y el sur de Somalia están bajo dominio de la milicia fundamentalista islámica Al Shabab.