La campaña electoral argentina con vistas a las presidenciales del próximo domingo se cerró ayer en medio de una nueva sacudida del dólar y con un resultado que parece cantado: la victoria peronista de la mano de Alberto Fernández y la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner.

Salvo un milagro en el que a estas alturas no creen los mercados ni los más devotos del presidente, Mauricio Macri, nada frenará el triunfo de lo que se conoce como la fórmula FF. Los dos Fernández, no obstante, no cantan victoria antes de tiempo aunque algunas encuestas les dan hasta 20 puntos de ventaja.

Durante la campaña, Macri ha redoblado los esfuerzos proselitistas bajo el lema Sí se puede, profundizando su giro a la derecha para captar el voto conservador disperso con el objetivo de reducir la distancia con Fernández y forzar una segunda vuelta. Si hace más de un año habilitaba que el Congreso discutiera una ley de interrupción voluntaria del embarazo, a pocas horas de que terminaran los actos de campaña aceptó la bendición de un pastor evangélico en Rosario, la ciudad de Leo Messi.

LA SOMBRA DE BOLSONARO / Norberto Carlin, de la Iglesia Santuario de Fe, lo recibió alborozado. «Señor, Tú eres el Dios que pone y el Dios que saca. Señor, si él está en este lugar es porque Tú lo pusiste. No habrá nadie que lo pueda tocar», oró en una escena que pareció extraída de las promociones religiosas de Jair Bolsonaro antes de llegar al poder en Brasil.

«Quieren que los que pensamos distinto nos callemos», dijo Macri en otra ciudad, Mar del Plata, el principal balneario argentino, donde lanzó su promesa de dar la batalla contra viento y marea en las horas que quedan para votar. En ese tono auguró prosperidad si se mantiene en el poder. «Estamos mejor preparados para empezar a crecer, lo que se viene es eso, el crecimiento, el aumento del salario, y el alivio para todos los argentinos».

«Nos dejan una Argentina diezmada», le contestó Alberto Fernández desde la norteña provincia del Chaco. En los dos debates televisivos celebrados, ambos candidatos se enfrentaron con ferocidad. El peronista puso el acento en el fracaso económico y el endeudamiento externo en una escala histórica. Macri habló de la corrupción de los anteriores gobiernos kirchneristas.

El fiscal Carlos Stornelli hizo saber que cuenta con pruebas contra Cristina de Kirchner. Stornelli, a su vez, ha sido denunciado en otro tribunal como supuesto partícipe de una trama que integran también sectores de los servicios de inteligencia y que extorsiona a empresarios.

El tema de la corrupción volvió a los primeros planos a las puertas del cierre de la campaña. El impacto en el electorado es de dudoso efecto, según los sondeos. La economía aparece, en cambio, como la preocupación principal de las mayorías.

FUGA DE CAPITALES / Y es que las reservas internacionales del Banco Central cayeron este miércoles 450 millones de dólares. Desde que Macri perdió las primarias en agosto y selló su destino electoral, la sangría de divisas llegó a 20.168 millones de dólares. En el último mes, la fuga de capitales ha sido de 2.562 millones de la moneda norteamericana. Además, en medio de la campaña se ha conocido que la inflación de septiembre fue del 5,7% y que se cerrará el año con un alza del coste de la vida cercano al 60%.

El estallido social chileno se metió con fuerza en la recta final de la campaña. La expresidenta no dejó de recordarlo. «Los que lo han destrozado todo no cayeron de un plato volador, aunque algunos hablen de alienígenas más allá de la cordillera», dijo en relación a un dicho de la primera dama del país vecino, Cecilia Morel, quien comparó las protestas que enfrenta su esposo, Nicolás Piñera, con una invasión alien.

«Hagamos un inmenso esfuerzo por abrir nuestras cabezas y nuestros corazones, para entender que esto que nos quieren vender como modelo ideal de sociedad, donde se quiebran los lazos de solidaridad, donde no me importa lo que le pasa al otro, termina como termina en Chile», añadió la expresidenta Fernández de Kirchner.