Salem Chalabi, jefe del tribunal que debe juzgar a Sadam Husein, denunció ayer desde Londres que la orden de captura lanzada contra él el domingo sólo tiene un objetivo: "Desacreditar el tribunal". Esta disposición legal paraliza y complica todavía más el histórico proceso contra el dictador, que se inició el 1 de julio con la vista preliminar en la que Sadam escuchó los cargos de los que se le acusa.

El fiscal jefe del Tribunal Penal Superior de Irak, Zuhair al Maliki, nombrado por EEUU, acusó el domingo a Chalabi de haber amenazado a un alto cargo del Ministerio iraquí de Finanzas que estaba investigando los negocios de su familia y que días después de esas supuestas intimidaciones apareció muerto. En declaraciones a la BBC, Salem, que se encuentra en Londres de visita privada, negó esta acusación, que consideró "ridícula", y aseguró que ni siquiera se encontró personalmente con el fallecido. El juez explicó que está en contacto con el presidente iraquí, Gazi al Yauar, y el primer ministro, Iyad Alaui, para negociar su vuelta a Irak. "Yo sólo quiero que me garanticen que no seré asesinado en la cárcel", declaró el magistrado.

MIEDO POR SU VIDA Chalabi explicó que el juez que ha emitido la orden de arresto ha criticado en numerosas ocasiones los procedimientos establecidos para juzgar a Sadam. "Quiero volver y seguir haciendo mi trabajo. Hay un montón de cosas que hacer, hay que investigar. Pero este tipo de acusaciones lo hace todavía más difícil", afirmó.

Los miembros del tribunal especial que encabeza Chalabi se encuentran en estos momentos en la etapa de recopilar pruebas sobre los crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio que se le atribuyen a Sadam, y esta orden de captura puede tener un impacto dramático en el flemático ritmo del proceso.

MAS CARGOS Pero esta orden de captura no es la única que pende sobre la familia Chalabi, hasta hace poco el apellido más mimado por EEUU en Irak. El domingo, el mismo juez también emitió una orden de captura contra Ahmed Chalabi, tío de Salem y que durante todo el 2003 y parte del 2004 se vio como el dirigente del Irak post-Sadam. El magistrado acusa de falsificación de moneda al líder del Congreso Nacional Iraquí (CNI), principal formación opositora a Sadam durante décadas.

La caída en desgracia de Ahmed ya empezó en mayo, cuando tropas estadounidenses registraron su casa y las oficinas de su partido. Este divorcio entre Ahmed y Washington se debió, según el Departamento de Defensa de EEUU, a que proporcionó información falsa sobre las armas de destrucción masiva y espió en favor de Irán.

Desde ese momento Ahmed pasa la mayor parte del tiempo en Teherán, donde ayer aseguró que volverá a Irak para "hacer frente a un tribunal si es necesario". Una vez alejado del Gobierno transitorio iraquí, Ahmed se ha dedicado a su candidatura a las elecciones de enero.

Esta no es la primera orden de busca y captura contra Ahmed. En 1992, Jordania lo acusó de forzar la bancarrota del Banco Petra y de apropiarse de más de 230 millones de euros que había desviado a una cuenta suiza.