El petróleo de Siria es relativamente insignificante. El país tan solo acumula el 0,1% de las reservas mundiales de oro negro, 2.500 millones de barriles. De manera que un conflicto bélico que paralice la producción del país no supondrá un problema para el abastecimiento mundial. Sin embargo, el conjunto de los países de Oriente Próximo representan el 48,4% de las reservas mundiales, con un total de 807.700 millones de barriles de oro negro. Arabia Saudí es el país con más reservas (15,9%), seguido de Irán (9,4%) e Irak (9%). El temor de los inversores no es que la guerra de Siria bloquee el bombeo del petróleo del país, sino que el conflicto se extienda a otros países de la zona, Irak e Irán principalmente.

Esta previsión es la que ha impulsado el precio del petróleo al alza durante esta semana, a la vista de un ataque inminente. En este contexto de incertidumbre, los futuros del crudo ya han empezado a dispararse. El barril de crudo Brent, el de referencia en Europa, ha llegado a superar los 117 dólares, colocándose en su nivel máximo en seis meses. El barril West Texas, de referencia en EEUU, ha tocado los 112 dólares, con lo que vuelve a niveles desconocidos desde mayo del 2011.

Las casas de análisis han lanzado sus previsiones sobre la deriva que tomará el petróleo y la repercusión que podría tener en la economía. El escenario más pesimista lo ha dibujado esta semana Michael Wittner, experto de Société Générale. Señalaba ayer en una nota que, bajo el escenario base contemplado por el banco, que incluye un ataque a Siria, el petróleo podría subir entre cinco y diez dólares, hasta llevar el Brent a unos precios de entre 120 y 125 dólares el barril. El analista advierte además de que el Brent podría alcanzar la cota de los 150 dólares si se produce una «interrupción significativa de suministro en Irak o en otro lugar».

Diego Fernández, analista de renta variable de Banco Sabadell, mantiene la previsión de que el precio del barril escale hasta los 120 dólares, para terminar cerrando el año alrededor de los 115 o 110 dólares. El analista del Sabadell destaca que el precio medio del barril este año está en 105,8 dólares, cuando a cierre del año pasado se situó en una media de 105,2 dólares.

Fernández destaca tres razones por las que el barril de petróleo no llegará fácilmente a la cota de los 150 dólares. La primera, porque Arabia Saudí y los principales países de la OPEP podrían decidir aumentar la producción para compensar interrupciones. Segundo, porque EEUU ha aumentado la producción en el último año y cuenta con unas reservas importantes. Tercero, porque la propia dinámica del mercado tiende a corregir las distorsiones a medio plazo. «Habrá un repunte de los precios, pero no será indefinido y no es probable que se superen los 125 dólares», según Fernández.