Corea del Norte anunció ayer que cierra «por completo» las vías de comunicación que mantenía con Corea del Sur, como protesta por el lanzamiento de globos con propaganda en la frontera común el 31 de mayo. Con esta decisión, el régimen de Kim Jong-un endurece su estrategia de presión retomando, una vez más, el tono de confrontación.

«Nuestro lado cortará por completo y cerrará la línea de comunicación entre las autoridades del norte y el sur», indicó ayer Corea del Norte en un comunicado difundido por KCNA, aludiendo específicamente a la oficina de enlace, la vía de interlocución entre los militares de ambos países y la línea directa entre el Partido de los Trabajadores de Corea del Norte y la oficina presidencial surcoreana.

La decisión se tomó tras una reunión mantenida entre el vicepresidente del Comité Central del Partido de los Trabajadores, Kim Yong-chol, y Kim Yo-jong, la hermana del líder norcoreano. Según KCNA, durante la cita ambos discutieron planes «por etapas contra el enemigo».

Tras el fracaso de la cumbre de Hanói entre Corea del Norte y EEUU, en febrero del 2019, Pionyang ha ido quemando uno a uno todos los puentes tendidos con Seúl con objeto de buscar concesiones en cuanto a sanciones económicas o algún gesto de Washington.