El catálogo de medidas presentado por Emmanuel Macron para apaciguar la crisis social protagonizada por los chalecos amarillos está lejos de conseguir la unanimidad entre los medios de comunicación franceses y, aún menos, la avenencia entre las figuras de la oposición. «Macron enmienda su política para relanzarse», «Macron traza los contornos de su nueva ambición», «Acto II: las nuevas prioridades». Esta recopilación de titulares de la prensa francesa -Le Monde, Le Figaro y Le Parisien- converge en una misma idea: el presidente francés codiciaría ahora un nuevo proyecto político menos «tecnocrático» y más cercano al ciudadano.

Pero donde algunos vislumbran novedad y renovación, otros sospechan de continuidad y persistencia: «Macron promete que no cambiará nada», «El discurso de Macron no marca el cambio anunciado tras tres meses de debate», estiman el diario Mediapart y Libération, respectivamente. La disonancia en el análisis realizado por los medios de comunicación se disipa en el terreno político. «¿Sabe Macron que su discurso estaba destinado a poner fin a la crisis política? Acaba de relanzarla», criticó Jean-Luc Mélenchon, líder de la Francia Insumisa, a través de Twitter. Siguiendo esta línea y haciendo uso de la misma red social, Benoît Hamon, fundador del movimiento Génération.s y excandidato socialista a las elecciones presidenciales, reprochó al jefe de Estado «radicalizar, intensificar y acelerar» sus política mientras los franceses «exigen el fin de las desigualdades y privilegios». Una observación compartida por el Partido Socialista (PS): «Una vez más, Macron exige esfuerzos a los trabajadores, pero en ningún momento los pide a los que amasan millones», reaccionó la formación política a través de un comunicado.

El análisis de la oposición es unánime: tras más de cinco meses de crisis social y más de 90 días de consulta ciudadana en torno al gran debate nacional, Macron no habría comprendido las dimensiones del malestar ciudadano, ni las principales propuestas y demandas de los franceses. «La conclusión de esta conferencia de prensa: ninguna reforma profunda sobre la democracia, nada para los empleados, medidas liberales sobre la economía y lo social, ninguna ambición ecológica», resumió Manon Aubry, cabeza de lista de la Francia Insumisa en las próximas elecciones europeas.

Las críticas no provienen de un solo frente. El partido conservador Los Republicanos (LR) no perdió su oportunidad para arremeter contra el arbitraje anunciado por el jefe de Estado: «En lugar de presentarse como una víctima expiatoria de la democracia, sería mejor que Emmanuel Macron nos dijese cómo vamos a salir de la crisis porque es imposible que el pueblo francés se contente con este plan», sintetizó Gilles Platret, portavoz de LR, a través de Twitter.