La 19a Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático o COP19 ha empezado esta mañana en Varsovia (Polonia) con el objetivo oficial de seguir negociando un acuerdo que sustituya al protocolo de Kioto a partir del año 2015 y pueda entrar en vigor en el 2020 con la implicación de Estados Unidos y las potencias emergentes. Sin embargo, ni el lugar -el anfitrión es país europeo más reacio a limitar el peso del carbón- ni el momento -con la crisis aún causando estragos- parecen los más adecuados para lograr progresos sustanciales.

El reto real será restablecer la credibilidad de los negociadores, la llamada burocracia climática, y enterrar el hastío que se ha instalado en la opinión pública debido a los escasos avances de las últimas COP. La cumbre se celebra en el espectacular Estadio Nacional de Varsovia, un campo de fútbol con techo retráctil.

De poca cosa parecen servir los reiterados estudios que alertan del problema del cambio climático, encabezados por el reciente informe del IPCC, el grupo de especialistas de la ONU, que estimaba con una certeza del 95% que las actividades humanas son las principales responsables del aumento de las temperaturas que la Tierra ha experimentado desde 1950. O que este año se haya vuelto a batir el récord de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, según informó la pasada semana la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

La última conferencia de la ONU, la COP18 de Catar, concluyó con una resolución para alargar el periodo de compromiso de Kioto hasta el año 2020, pero su efecto sobre el clima será ínfimo porque los países signatarios, limitados a la Unión Europea y poco más, apenas representan el 15% de las emisiones mundiales de CO2. No están concernidos EEUU y China, que son los dos principales emisores, ni tampoco Rusia, Japón, Canadá, Corea del Sur y potencias emergentes como la India, México, Sudáfrica, Brasil o Indonesia.

En este sentido, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, anunció la pasada semana que entre las cumbres de este año en Varsovia y la del 2015, que se celebrará en París, invitará a los grandes líderes mundiales de forma individual y colectiva para intentar unirlos a la causa.

Todos ganamos o todos perdemos

En su discurso inaugural, el ministro polaco de Medio Ambiente, Marcin Korolec, ha afirmado que el cambio climático es una problema global: «Aquí no hay ganadores y perdedores. En el futuro que estamos construyendo, o todos ganamos o todos perdemos».

Por su parte, Christiana Figueres, la máxima negociadora de la ONU, se ha refirido al devastador tifón 'Haiyan' y ha recordado que los especialistas en clima han previsto un aumento de los fenómenos meteorológicos violentos en caso de no frenar el cambio climático. En su opinión, es esencial que los países más industrializados ayuden a los más desfavorecidos a protegerse de los peores efectos y a crecer en una economía menos dependiente de los combustibles fósiles.

En declaraciones a la agencia Efe, el secretario de Estado español de Medio Ambiente, Federico Ramos, comentó que la cumbre de Varsovia debe «sentar las bases» de un nuevo acuerdo jurídicamente vinculante en el 2015; para las oenegés ecologistas y de ayuda al desarrollo, en cambio, será un encuentro de «transición» en un momento particularmente delicado. Aida Vila, de Greenpeace, insiste en que no se pueden dejar los compromisos para el 2020 y se necesita «aumentar la ambición» cuanto antes.

Greeenpeace, WWF y Ecologistas en Acción también han criticado a algunos de los patrocinadores de la COP19 por su «historial» contaminante, como las empresas polacas Lotos (petróleo), PGE (carbón) o ArcelorMittal (siderurgia).