Sobre él pesan dos cadenas perpetuas por nueve asesinatos, once intentos y un asalto a un banco. Fue uno de los líderes de la segunda generación de la RAF --la Fracción del Ejército Rojo--, la que sembró el caos y el miedo en 1977 en Alemania. Ahora, la Audiencia Territorial de Stuttgart ha decidido que Christian Klar ya no representa un peligro para la sociedad. El exjefe de la RAF saldrá en libertad condicional en las próximas semanas, probablemente antes incluso de cumplir la pena mínima de 26 años, que vence el 3 de enero.

La noticia de la liberación de Klar, de 56 años, conmocionó ayer a la sociedad alemana. El grupo creado en los años 70 y liderado en su comienzo por Andreas Baader y Ulrike Meinhof se definía a sí mismo como una guerrilla urbana comunista y parte de un movimiento internacional. Sus ideales, derivados del Mayo del 68, y la oscura muerte de sus cabecillas en prisión en un supuesto suicidio colectivo dotaron al Ejército Rojo de un controvertido halo de mito hasta que la segunda generación sembró el terror en el país.

Klar nunca se ha arrepentido públicamente de sus acciones y no ha colaborado en las investigaciones que intentan aclarar algunos casos que siguen sin resolver, razones que llevaron al presidente federal alemán, Horst Köhler, y antes a su predecesor, Johannes Rau, a rechazar las diversas peticiones de indulto realizadas por Klar. Ahora, la decisión es judicial, pero para muchos sigue siendo incomprensible.