Los agricultores eligieron ayer el restaurante Fouquet´s de París, para expresar su cólera ante el descenso de los precios, que amenaza su supervivencia. El establecimiento donde Nicolas Sarkozy celebró su victoria electoral representa el foso que separa a las élites del poder de los ciudadanos. Acorralado entre el malestar social y la degradación del clima político con polémicas como el meteórico ascenso político de su hijo, el presidente se ha visto obligado a explicarse para evitar que el distanciamiento del electorado acabe en fractura.

En una entrevista en Le Figaro , Sarkozy ha querido calmar los ánimos. Con 23 años, su hijo Jean opta a dirigir el organismo público que gestiona La Defense. El jefe del Estado defiende a su vástago por haber sido elegido por sufragio universal. "No es un cargo remunerado, así que no hay prebenda", dijo.