Julian Assange, el fundador de Wikileaks, estaría escondido en algún lugar del Reino Unido, pero la policía británica no parece tener una prisa especial en salir en su búsqueda. "No tenemos indicios de que el acusado se halle en una región en particular y no esperará que las fuerzas de la policía lo investiguen", declaró ayer un portavoz de la agencia encargada de combatir el crimen organizado (Serius Organised Crime Agency, SOCA).

El hombre buscado por la Interpol en 188 países, al que los abogados del Gobierno estadounidense querrían procesar por espionaje y contra el que la justicia sueca ha dictado una orden de búsqueda y captura por violación, estaría cambiando continuamente de paradero. De no aparecer en público, Assange podría evitar ser detenido, si bien en la primavera caducaría su visado de seis meses para estar en suelo británico.

Las autoridades suecas han enviado a las británicas una nueva orden de busca y captura, tras corregir un error procesal en el primer requerimiento. El Reino Unido había exigido conocer las penas máximas a las que el fugitivo sería condenado por los cargos que se le imputan. El australiano, de 39 años, está acusado de varios delitos sexuales, que supuestamente cometió durante su estancia en Suecia, donde acudió a pronunciar unas conferencias, el pasado mes de agosto. Assange niega las acusaciones de "violación, acoso sexual y coacción ilegal" que se le imputan y sugiere que tales calumnias tienen bastante que ver con las revelaciones de Wikileaks.

El Tribunal Supremo sueco rechazó además el recurso contra la orden de arresto, presentado por el abogado de Assange en el país escandinavo. El letrado ha advertido ya que su cliente se opondrá a la extradición. El abogado en Londres de Assange, Mark Stephens, aseguró por su parte que "Scotland Yard y los servicios de seguridad de varios países saben dónde se encuentra" su cliente. El abogado se negó, sin embargo, a confirmar la información publicada en un par de diarios, afirmando que Assange está en el sureste de Inglaterra. No ha sido visto en público desde el pasado sábado, cuando Wikileaks publicó 250.000 documentos de diplomáticos estadounidenses.

El portavoz de la organización, Kristinn Hrafnsson, ha explicado que es necesario mantener en secreto el lugar donde se halla el australiano, y que se teme por su vida.