La tercera sesión del juicio contra el expresidente de Egipto Hosni Mubarak, que ha empezado este lunes en la Academia de Policía de El Cairo, ha estado marcada por los enfrentamientos entre partidarios y detractores y por las cargas policiales.

Las fuerzas de seguridad han cargado contra los manifestantes contrarios a Mubarak que se han concentrado a las puertas del edificio. Los agentes también han tenido que intervenir en el interior de la sala de vistas para separar a los partidarios del veterano dirigente y a los familiares de sus víctimas.

Mubarak ha llegado al juicio en helicóptero procedente del hospital donde está ingresado, situado en la carretera que une El Cairo e Ismailía. Tras el aterrizaje, el expresidente ha sido trasladado en ambulancia a una estancia contigua a la sala donde se celebra el juicio contra él, contra dos de sus hijos y contra otros altos cargos de su régimen.

Todos ellos están acusados de corrupción y de haber participado en la muerte de opositores durante la revuelta popular contra el régimen. Desde primera hora de la mañana, los servicios de seguridad egipcios instalaron barreras y cordones de seguridad en el exterior del complejo para impedir que decenas de manifestantes, divididos entre partidarios y detractores del expresidente, se enfrentaran entre ellos. Sin embargo, ambos bandos se han arrojado piedras e intercambiado insultos, lo que ha provocado la intervención de los agentes antidisturbios, que han cargado contra los ciudadanos.

Escenas similares se han repetido en el interior de la sala de vistas. La policía ha tenido que intervenir para separar a los miembros de la defensa, de la acusación, a partidarios de Mubarak y a familiares de las víctimas, que se han enzarzado en una pelea después de que un partidario del expresidente levantara una foto del político, cosa que ha provocado la ira de los familiares. A la disputa se han acabado sumando los abogados de ambas partes. La situación ha obligado al juez a suspender la vista.