La policía griega antidisturbios ha empleado hoy gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que desde ayer bloqueaban el acceso de los turistas al recinto arqueológico de la Acrópolis de Atenas. El portavoz del Gobierno, Tilémajos Jitiris, indicó que los agentes desalojaron a un grupo de 40 trabajadores temporales del Ministerio de Cultura que se encontraban dentro del recinto, en una protesta que comenzó ayer para reclamar mejoras laborales. Un juez autorizó la intervención policial después de que la directiva del Museo de la Acrópolis denunciara que la protesta estaba perjudicando la imagen del país al cerrar de uno de los monumentos más famosos y visitados del mundo. Los empleados temporales exigen que el Estado les pague los salarios atrasados de los últimos 22 meses, según aseguraron a la prensa sus representantes. Este colectivo, que incluye arqueólogos, conservadores de reliquias, técnicos de mármol, guías y personal de limpieza, exige también contratos fijos. El Gobierno griego aplica desde hace nueve meses una dura política de ahorro, con recortes salariales a los empleados públicos, para reducir la grave deuda y déficit que ha obligado al país a aceptar ayuda crediticia extranjera para evitar la bancarrota del Estado.