Moscú se atrincheró ayer para impedir una gran manifestación convocada por las organizaciones en defensa de los derechos de los homosexuales horas antes de la final de Eurovisión. La policía detuvo a más de 80 personas, entre ellos al presidente del proyecto Gay Rusia y organizador del acto --prohibido por el Ayuntamiento moscovita--, Nikolai Alekseev.

Junto a Alekseev fueron arrestados varios activistas extranjeros llegados a la ciudad para apoyar al movimiento gay aprovechando la celebración del festival, que goza de un gran número de fans homosexuales en toda Europa. Cientos de agentes del OMON (fuerzas antidisturbios) cercaron por la mañana la céntrica plaza Pushkinskaia, donde estaba convocada la marcha. Para despistar a la policía, los manifestantes se dirigieron al mirador de Vorobiovy Gori, muy popular entre turistas y recién casados. Pero allí también les esperaban vehículos policiales.

PROTESTA PROHIBIDA "¡No hay libertad para los homosexuales en Rusia!", gritó el activista estadounidense Andy Thayer mientras los antidisturbios se lo llevaban. A los detenidos les metieron en un autobús y les trasladaron a una comisaría. "Les detuvimos no por violar la ley, sino como una advertencia de que celebrar actos no permitidos por las autoridades es inaceptable", explicó un portavoz de la policía.

El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, lleva años de cruzada contra el movimiento gay y alguna vez ha calificado de "satánicas" sus manifestaciones. En esa radical postura le apoya la Iglesia Ortodoxa Rusa --cuyo anterior patriarca, Alexis II, dijo en su día que los gais sufren un desorden mental similar al de los cleptómanos--, así como numerosos grupos de cabezas rapadas que han intervenido repetidamente para impedir actos convocados por los activistas homosexuales. El portavoz de la alcaldía, Serguei Tsoi, declaró recientemente que el Gobierno municipal "nunca ha permitido y nunca permitirá una manifestación gay" en la ciudad.